La campaña 2021/22 de girasol había comenzado con el pie izquierdo: las 1,7 millones de hectáreas sembradas significaban una caída del 5,6% con respecto al ciclo anterior y del 1,7% frente al promedio de las últimas cinco temporadas.
Sin embargo, el saldo final fue positivo: la cosecha alcanzó las 3,4 millones de toneladas, una cifra similar a la de la campaña 2020/21 y que supera en un 6,6% el volumen promedio de la última década (3,2 millones).
No obstante, el dato que está haciendo brillar a este cultivo es la fuerte suba de precios en el mercado internacional, apalancada fundamentalmente por el alza de los aceites oleaginosos y por el conflicto bélico en Ucrania, países de los que depende el 60% del comercio mundial.
¿El resultado? Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, “el actual volumen de producción, junto con la suba del precio, generaría un aporte récord a la economía argentina de U$S 1.909 millones”.
Esto significa unos U$S 200 millones más que en el ciclo pasado, que era hasta ahora el mejor registrado.
Impuestos y exportaciones
Gran parte de este aporte económico provendrá de un incremento en el flujo generado por las exportaciones, desde los U$S 1.017 millones de 2020/21 (con 800.000 toneladas exportadas), a los U$S 1.202 millones proyectados para esta campaña (750.000 toneladas).
El Estado, en tanto, también se llevará su premio: recaudaría U$S 495 millones, un 16,1% más que los U$S 426 millones de la temporada anterior.