Solicita prorrogar de manera inmediata el estímulo a las ventas de soja con destino a la exportación

Luego de analizar las derivaciones de la aplicación del Decreto 576/22, orientado a incentivar las exportaciones de soja, la Federación de Acopiadores de Granos envió una carta al Ministro de Economía, Sergio Massa, en la que solicita prorrogar, de manera inmediata, el estímulo a las ventas de soja con destino a la exportación hasta el 31 de octubre de 2022. «De esta manera la oferta se podrá encauzar en volúmenes mejor distribuidos en el tiempo y así lograr que los vendedores reciban el precio de un mercado más representativo», sostiene la carta.

Tras aclarar que «toda medida de intervención genera alteraciones en el proceso de descubrimiento de precios» y que «no es sencillo decretar incentivos a mitad de campaña sin que se produzcan efectos distorsivos entre productos y sectores», la Federación de Acopiadores destacó que «se ha producido un comportamiento asimétrico entre los precios internacionales y domésticos que afecta la situación del mercado interno».

Los acopiadores argumentan que «si bien la capacidad teórica de pagos en el mercado FAS de la exportación e industria es -por definición- un ejercicio teórico, no hay dudas que existen rangos explicables de alteración. Hoy dichos rangos se han perforado marcando un precio a los productores de 30/40 U$S/Ton. inferior al de paridad».

«Además, no podemos dejar de señalar la abrupta caída del precio interno a partir de la instrumentación del tipo de cambio diferenciado».

«Más contundente aún es la impactante diferencia que se observa (aprox. 40 U$S/Ton.) en el pase de la soja sep/22 a la soja nov/22 a partir de esta instrumentación» .

«De la misma manera, se produce la extraordinaria caída de la diferencia entre el precio interno y el precio sobre Chicago llegando a -190 U$S/Ton., valor jamás antes visto.»

Para los Acopiadores, «la corta duración de este estímulo (20 jornadas hábiles) ha provocado un efecto «puerta 12″ donde se está produciendo una enorme presión de oferta mientras la demanda ajusta por precio. Son veinte jornadas que se reducen aún más, pues al día 30 de septiembre lo que se vendió debe estar entregado y liquidado».

«Es necesario normalizar esta situación y restablecer las señales de precios en orden a minimizar las distorsiones y evitar desequilibrios en los esfuerzos», concluyen los acopiadores en su carta al Ministro Massa.

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