El BCRA vendió US$ 800 M en 20 días y el Gobierno busca cómo llegar hasta la próxima cosecha

Sergio Massa tiene que llegar a abril del año próximo para volver a tener un caudal de liquidación de las exportaciones que le permita extender la paz cambiaria en el año electoral. Después del «dólar soja» que tanto beneficios le trajo al equipo económico, la sequía de las ventas se siente.

Según cálculos de Aurum Valores, en 21 días, el Banco Central ya acumula ventas por US$ 800 millones en el mercado oficial (que está intervenido por el cepo a los importadores).

Durante la semana pasada, el BCRA siguió vendiendo dólares por caso US$ 320 millones. El agro liquidó poco y el BCRA se vio obligado a entregar algo más de dólares para importaciones y pagos de deuda corporativa como el caso de los US$ 200 millones a Tecpetrol.

El director de FMyA, Fernando Marull, dice que el tema de las reservas seguirá latente y explica que todo tiene que «salir bien» para poder llegar a abril de 2023 cuando entra la cosecha de soja. «Si sale todo bien, el BCRA vendería solo US$ 1.600 millones hasta marzo de 2023. Son 5 meses largos donde el BCRA tiene que controlar 3 variables para pasar el verano», apunta.

Y enumera: las importaciones, que vienen muy controladas a través del SIRA, deberán subir un poco para abastecer de insumo a empresas; el turismo, que tiene que bajar a niveles de US$ 500 millones cuando en septiembre (último dato) fue de US$ 726 millones. Y tercero, el financiamiento de deuda, que a septiembre subió a US$ 7.600 millones y actualmente debe ser US$ 9.000 millones.
Por el lado de la oferta, el cálculo de Marull ya incluye la sequía de trigo que pegara en diciembre y enero de 2023. «Asumimos una cosecha de 13 millones de toneladas y US$ 1.600 millones menos de exportación comparado con el año actual», advierte.

El rumor en el mercado es que el equipo económico tendrá que salir a «raspar» la olla ante organismos multilaterales para que acelere el ingreso de divisas y así «aguantar» el menor flujo de los exportadores. Massa sabe que vienen meses díficiles y que necesitará armarse una red de contención para que el mercado no le cuenta las cartas y empiece a pricear una devaluación ante la venta de divisas. ¿Tendrá un as debajo de la manga? Se verá.

¿Peligra la meta de reservas con el FMI? Actualmente el Banco Central debe mostrar una acumulación de reservas netas de US$ 5.000 millones a fines de diciembre. La ventana del dólar soja permitió, según la consultora Invecq, que las reservas netas (métrica FMI) se engrosen en aproximadamente US$ 2.000 millones en el mes de septiembre, sumado al posterior desembolso de US$ 3.800 millones por parte del FMI.

Luego, un nuevo alivio llegó el 20 de octubre cuando ingresaron US$ 700 millones provenientes del BID, lo que permitió elevar marginalmente el stock pero no evitar el flujo descendente que se profundizó en las últimas 6 ruedas, con ventas de reservas de US$ 66 millones en promedio por día.

«Evidentemente, una vez finalizado el estímulo del dólar soja la oferta de divisas por parte del sector sojero se corrió del mercado, dejando expuesta la endeble capacidad de compra por parte del Banco Central», dice Invecq.

La consultora advirtió que ante este escenario, el gobierno puso en práctica una serie de medidas con el objetivo de revertir esta dinámica demostrando no solo que la acumulación de reservas intenta ser la prioridad, sino además que está dispuesto a pagar por ello el costo de los efectos secundarios.

La primera de ellas fue la posibilidad de que los importadores adquieran bienes del exterior pagando con sus propios dólares, de manera que el Banco Central evite perder reservas sin necesidad de trabar aún más las importaciones.

Se busca no continuar profundizando el freno en la actividad por falta de insumos, pero afectando el ya alarmante escenario inflacionario a través de costos que ahora pasarán a cotizar a valor del dólar libre.

Por su parte, con el objetivo de atacar el drenaje de reservas por la vía del turismo, desde ahora los pagos en pesos con tarjetas internacionales serán al tipo de cambio del dólar MEP. Sin embargo, esto no implicaría una entrada de divisas para el Banco Central.

«El Gobierno se anticipa al desafío externo de los próximos meses con medidas que no aseguran ninguna efectividad, mientras que en simultáneo el frente inflacionario sigue sin respuestas y la actividad muestra signos de desaceleración», alerta.

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