Santa Fe, Entre Ríos y el norte de Buenos Aires, las más golpeadas por la sequía

El norte de la provincia de Buenos Aires y la mayor parte de la superficie de Santa Fe y Entre Ríos son las zonas que se encuentran más comprometidas por la falta de lluvias y la ola de calor que afecta al país, con un impacto directo en el desarrollo de la soja y el maíz, cuyos rendimientos están siendo definidos.

Según un informe del Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), estas regiones enfrentan «reservas hídricas agotadas y temperaturas por encima al promedio, mientras gran parte de la superficie de soja y maíz tardío y de segunda se encuentran en etapas críticas para la definición de rendimientos».

La semana pasada, la entidad bursátil porteña realizó en el caso de la soja un nuevo recorte de 4,5 millones de toneladas en la estimación de producción a nivel nacional, al reducirla de 33,5 a 29 millones de toneladas.

La BCBA detalló que en las tres provincias mencionadas los rindes esperados de soja y maíz «reflejan las consecuencias de las condiciones adversas de los últimos meses».

«En términos comparativos con el promedio de las últimas cinco campañas, los rendimientos de soja se ubicaría un 46% por debajo en la provincia de Santa Fe, una merma del 36% sobre el norte de Buenos Aires y una caída del 50% en Entre Ríos» respecto al promedio de las últimas cinco campañas, puntualizó el informe.

En paralelo, en maíz se esperan mermas de rinde del 47%, 28% y 45% sobre Santa Fe, el norte de Buenos Aires y Entre Ríos respectivamente, en comparación al rendimiento promedio durante el mismo periodo.

Incluso -señaló el trabajo de la BCBA- se esperan pérdidas de rendimiento por encima a las registradas durante la sequía de 2008/09, campaña durante la cual los rindes nacionales de tanto soja como maíz, se ubicaron cercanos a los mínimos históricos de los últimos 20 años.

En cuanto a las pérdidas de área, las bajas expectativas de rendimiento podrían dejar «una importante proporción de superficie sembrada sin cosechar dado que los mismos no cubrirán los costos de las labores».

Los mayores incrementos porcentuales de pérdida de área con respecto al promedio de los últimos 5 años se esperan sobre la provincia de Santa Fe y el norte de Buenos Aires donde casi un 20% del área sembrada de soja no sería recolectada, siendo los planteos de segunda los más afectados.

En el caso del maíz, dicho porcentaje se ubicaría cercano al 8% del área sembrada, informó la entidad.

Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) también realizó severo ajustes en la proyección de producción de la cosecha de soja y maíz, con recortes respecto a las estimaciones del mes pasado de 7,5 millones de toneladas en ambos cultivos, para ubicarlos en 27 y 35 millones millones de toneladas respectivamente, lo que implica una caída del 45% en las expectativas de cosecha de la oleaginosa y del 35% en el caso del maíz.

En un informe sobre la denominada zona agrícola núcleo, que comprende el norte bonaerense y el centro-sur de Córdoba y Santa Fe, la BCR estimó que las pérdidas por hectárea para soja de primera podrían ir de US$ 600 a US$ 1.300 por hectáreas, mientras que en maíz tardío esas mermas se ubicarían entre US$ 700 y US$ 1.500 por hectárea.

El trabajo indicó que en la última semana, «los lotes de soja de primera entre malas y regulares condiciones aumentaron 10 puntos porcentuales y se extienden sobre el 85% del área».

«La expectativa en el rinde promedio de la región sigue tambaleándose: los 20 quintales por hectárea (qq/ha) empiezan a quedar atrás como promedio representativo de la región, aun cuando la cifra ya significa un daño del 50 a 60% de la potencialidad del área (40 a 50 qq/ha)», indicó la BCR.

En este sentido, «las altas temperaturas y la falta de agua han arrebatado a la soja, acortando el llenado de granos por lo que estiman comenzar con la cosecha a partir del 15 de marzo».

En cuanto al maíz, el 50% de los planteos tardíos «están en malas condiciones y con una expectativa de rinde de 48 qq/ha los arrendatarios deberán afrontar una pérdida de US$ 681 por hectáreas, pero cuando la productividad del lote sea nula los descuentos llegan a US$ 1.536 por hectárea».

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