La actual campaña será recordada por haber sufrido el impacto de la peor sequía desde que se tienen registros en la historia moderna

No caben dudas que la actual campaña será recordada por haber sufrido el impacto de la peor sequía desde que se tienen registros en la historia moderna. Si bien las últimas lluvias ayudan a cambiar el talante, la merma de cantidad y calidad generará muchos dolores de cabeza durante 2023, y de allí que las empresas y el sector en general deben tomar nota de la necesidad de adoptar las tecnologías que permitan morigerar lo efectos de un clima cada vez más impredecible.

Con la nueva soja Enlist el campo gana variedades resistentes a dos nuevos herbicidas: 2.4 D Enlist Colex D (un producto sistémico y total para el manejo de malezas de hoja ancha): y glufosinato de amonio (clave para el manejo de escapes y como herramienta de doble golpe).

Sin embargo, la adopción de esta tecnología requiere el cumplimiento de algunos requisitos ligados al retorno de la inversión desarrollada por los semilleros. Y que luego de la experiencia fallida de Intacta de Bayer, asoma con mejoras para ambas partes.

¿En qué consiste?

Bajo el nombre «Sembrá Evolución», los semilleros proponen primero, la firma de una licencia de uso entre ellos y los productores. Segundo, el acceso a un modelo comercial basado en Hectáreas Tecnológicas (HT). Tercero, la compra de la semilla certificada en los comercios autorizados. Luego, la compra de Hectáreas Tecnológicas para Producción de nueva semilla Enlist. Más tarde, la adhesión al Programa de Precertificación de Hectáreas (PPH). Por último, la entrega del grano.

Según consignan en su página web, esto permite algunos beneficios, tales como acceso a los últimos avances en genética y biotecnología a través de comercios autorizados: «mejor servicio y atención al productor a través de herramientas digitales que simplifican la operatoria» aseguran.

Paso a paso

La licencia de uso es un acuerdo entre el semillero y el usuario de las variedades que establece las condiciones de uso de todos los desarrollos tecnológicos incluidos en las variedades (G+T). Dicha licencia la otorga cada semillero para las variedades que comercialice bajo Sembrá Evolución. Se extiende por única vez, por lo que si un productor siembra variedades de diferentes semilleros, deberá firmar la licencia con cada uno. También aclaran que es necesario tener firmada la licencia para adquirir variedades bajo el sistema, con una licencia de uso que tiene vigencia hasta el 2032, y no tiene costo.

¿Qué es una Hectárea Tecnológica?

Representa el valor de la genética y biotecnología contenida en la semilla. En otras palabras, es la unidad de medida universal para adquirir G+T a través de la compra de semilla fiscalizada o para semilla de propia producción. Las HT para producción de nueva semilla se adquieren Ingresando a través del sitio web y se compran por variedad y tecnología. Deberán ser equivalentes a la superficie que fueran a sembrar. Es decir, deberá adquirir tantas HT, como hectáreas desee producir.

En caso de semilla fiscalizada de soja: cada 60 kg. de semilla fiscalizada se adquiere 1 HT. En trigo, cada 120 kg. de semilla fiscalizada se adquiere 1 HT. Los créditos se pueden consumir en un plazo de 3 periodos (la campaña de cosecha, más 2 campañas más). El valor de la regalía para el período 1 de marzo de 2023 al 29 de febrero de 2024, es de 15 USD/tn.

Desarrollo a campo

«Esto es algo muy bueno, que no es sólo para Don Mario, sino para todos los semilleros que están dentro de este sistema», le dice a Campolitoral María José Batistutti, responsable comercial de Don Mario par Santa Fe.

«Es una manera de recuperar o tener presente lo que es la genética y la tecnología de las variedades», asegura. Y agrega que el sistema se adquiere a través de la semilla fiscalizada, cuando el productor adquiere la bolsa, dentro de la cual está el reconocimiento de la genética y la tecnología. «El productor lo que tiene que hacer para poder entregar de manera libre y sin inconvenientes en puertos o acopios es pre certificar esas hectáreas que sembró, ya que por cada bolsa y media que compra se le libera una hectárea tecnológica. Y por cada Hectárea Tecnológica que tiene, se puede entregar hasta 3.000 kilos de manera libre en puerto o acopio».

Batistutti agrega que si el productor quiere entregar más o no quiere tener el problema de separar la mercadería, debería pre certificar a través de la página web. Y ahí podrá entregar los kilos que haya cosechado. «Para adquirir las variedades se hace a través de licencias, que son contratos entre el semillero y el productor, que duran 10 años. Son licencias que no obligan a la compra, ya que son gratuitas. Además, se hacen por cada semillero, no es algo general».

Enlist y Conkesta

También explica que, en lo referente al Grupo Don Mario, todas las variedades, aunque no tengan tecnología y sean sólo RR (y también los trigos), van a salir por este sistema. Ahora bien, si el productor quiere guardar semilla y hacer uso propio de la misma al año siguiente, lo que tiene que hacer es comprar esas Hectáreas Tecnológicas. «Si las compraba con la semilla fiscalizada, ya estaba adentro el valor, pero si vas a hacer uso propio hay que salir a comprarla», explica.

Eso se puede hacer a través de la página web o en el comercio de confianza de cada uno. «Volvés a comprar las Hectáreas Tecnológicas, cuyo valor dependerá de la fecha de la compra, ya que hasta fines de noviembre es un precio más económico, y luego aumenta». La agrónoma explica que una Hectárea Tecnológica equivale a 60 kilos por hectárea, que es el promedio de densidad sembrada en las zonas productivas de Argentina.

También se entusiasma con el crecimiento del sistema. «El sistema arrancó el año pasado con unas 300 mil bolsas vendidas, y esta campaña ya estamos hablando de 900 mil. O sea que la tecnología es aceptada, los resultados se ven, y el sistema de comercialización es sencillo, por lo que los productores lo siguen sosteniendo y hasta incrementaron el número de hectáreas».

Por último, insiste con que va a haber controles en acopios y puertos, a través del sistema Bolsatech, «algo que los productores ya han trabajado con Intacta. Y si el productor no tiene firmada la licencia o no puede demostrar cómo compro las semillas o no tiene compradas las hectáreas tecnológicas, tendrá que pagar una multa de U$S 15/tn, un monto que podrá aumentar o no dependiendo del año».

Alianzas ante la falta de una Ley

Según el titular de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) Alfredo Paseyro, el programa es el resultado de una idea desarrollada por 4 empresas que trabajan en soja Enlist, quienes lanzaron una propuesta comercial con ese nombre que viene a dar respuesta a lo que venía sucediendo con el modo de comercializar la semilla, apuntando a una mayor previsibilidad. «La propuesta se basa en acuerdos entre privados, que por ahora incluye a Don Mario, Stine, Corteva y Syngenta». Según destacó, en Expoagro ya recibió comentarios que han superado las expectativas, ya que hay casi un millón de hectáreas sembradas con la tecnología Enlist, «por lo que nos interesa que crezca y vaya de la mano con otros cultivos».

Consultado respecto de las mejoras al programa Intacta, resaltó que lo que hizo Intacta durante 6 años fue avanzar hacia este modelo, «de tener claridad en lo que se ofrece, lo que acepta, al y un sistema de muestreo y testeo. A diferencia de Intacta, que controlaba la presencia del evento, acá también se controla el evento y el germoplasma, todo el componente de la semilla. Ahí está la primera diferencia».

Además, remarcó que la segunda gran diferencia es que antes era una sola compañía, y acá ya hay una unión de 4 con miradas y orígenes diferentes: dos americanas, una china y una argentina.

«Seguimos trabajando en la difusión, que se conozca bien el modelo, comenzó la cosecha muy flaca de soja, pero este es el desafío, con la propuesta de la industria, conde cada compañía deberá hacer lo mejor pero con esta posibilidad, del acuerdo entre privados para que quienes quieran acceder a las últimas tecnologías puedan hacerlo con previsibilidad».

En cuanto a una posible Ley de semillas (cada vez más lejana), se conformó con admitir que desde la industria están trabajando con esto, «y hay que hacer mucho esfuerzo para consolidarlo». Además, explicó que esta semana participó como parte del Consejo Agroindustrial en una reunión en diputados con el proyecto de Ley de incentivo agroindustrial, que promueve un incentivo al uso de semillas fiscalizadas en autógamas, como parte de la ley de fomento. «Argentina necesita hacer una actualización que este año cumple 50 años, correcciones de determinados artículos», anheló.

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