Hay optimismo en la cadena girasolera. Así por lo menos, lo resume Jorge Ingaramo (ASAGIR), que en diálogo con Campolitoral enumeró las ventajas de un cultivo con todo para crecer. «El girasol cumplió ampliamente con las expectativas. Fue el único cultivo de los grandes donde la seca prácticamente no tuvo un gran impacto. Se esperaba 3 millones 900 toneladas, y acaba de concluir la cosecha con esa cifra» afirma. Es más, arriesga que inclusive podríamos haber tenido 250 mil tn más, si hubieran sido buenas las condiciones en el centro norte de Santa Fe y en parte del Chaco. «Las pérdidas de lotes son apenas el 1,85 %», detalla.
Ingaramo explica que la siembra se incrementó en un 25 % respecto al año pasado, aunque la producción lo hizo en un 15 % por estas razones. El rinde promedio alcanzó los 19,9 qq/ha, bastante por encima de los 12 quintales de rinde de indiferencia. Además, «todo el mundo sabe que el cultivo por la profundidad de sus raíces, es una máquina de buscar y de bombear agua desde el suelo», explicó.
El precio y el Dólar Agro
Evidentemente hay una buena situación que, según el especialista, «deja contento a todo el mundo», sobre todo a partir de la sanción de la Res. 156 que adhiere al girasol al Programa de Incremento Exportador del dólar a $300.
«Se venía vendiendo muy poco, porque los productores no estaban contentos con el precio que tenía, y de lo poco que se entregaba había mucho en la condición a fijar (a la espera de una mejora externa o local). Desde la sanción de esta resolución, se declararon a precio cerrado (lo que favorece e la industria, porque trabaja con el costo cerrado de la materia prima) se vendieron 481 mil toneladas. O sea que ahora con lo que se había vendido antes más esto, estamos en un 60 % de la cosecha ya vendida».
Contexto volátil
Lamentablemente, a nivel internacional Ingaramo explica que la situación no es la mejor. «Todo el mundo sabe que el FMI acaba de bajar la expectativa de crecimiento mundial: las clases medias ya no son lo que eran, y China crecerá al 5,2 %». Además, Rusia está vendiendo girasol y aceite de girasol barato, así que los precios se han ido alineando, en un extraño fenómeno en el que los precios de los aceites están parecidos». Cuando el de girasol históricamente ha sido uno de los más caros y el de palma el más barato, y ahora hay una diferencia insignificante, por el cambio de costumbres a través de un menor ingreso de la población, sobre todo en Asia.
Sin embargo, se mostró optimista sobre el futuro. «Este año el área sembrada se va a incrementar, porque el año pasado hubo una pequeña limitante por falta de semillas, y los semilleros no tenían la cantidad para abastecer las 2 millones 152 mil has que se sembraron (básicamente por la guerra). Pero esa restricción este año no lavamos a tener, ya los semilleros están adecuadamente preparados», garantizó.
Por otro lado, sostuvo que con este precio (del orden de los 89 mil pesos con el dólar a 300), «ya creo que no hay ninguna duda que el girasol ha sido un cultivo rentable con un rinde de indiferencia de menos de 12 qq/ha, por lo que el promedio nacional lo supera. Será un cultivo muy atractivo que se irá sumando al portafolio de los productores», expresa.
Por último, destacó que en 2022, el girasolero fue el octavo complejo exportador de Argentina, con 1,900 millones de dólares, «y este año podemos superar esa cifra y seguir creciendo».