Gerónimo Senn analizó junto a Campolitoral los efectos de una sequía que persiste en muchas regiones de la provincia, y que pese a las últimas precipitaciones registradas, tiene un impacto demoledor.
«El agua sigue siendo noticia. Acá seguimos con este problema. Si bien nos ha llovido en la zona (60 mm en Tostado) ha sido un alivio, pero los campos siguen complicados por la falta de precipitaciones».
Según agregó, en esta oportunidad, a diferencia de 2008/2009, la situación es peor. «En aquel entonces teníamos el río con bastante agua y se había tomado la decisión de construir el canal a cielo abierto para llevar agua a las localidades del norte. Hoy, los productores que están del Azud Nivelador río abajo se han quedado sin agua».
El productor manifestó que se sigue bombeando hacia el norte «mediante acciones que hemos interactuado con el gobierno de la Provincia, pero han disminuido las bombas, acá se bombeaba con 3 bombas y ahora sólo hay una para llegar a Pozo Borrado con el agua».
El problema está arriba
Igualmente, remarcó que la problemática es más grave, porque el agua no está viviendo desde arriba. «Tanto Salta como Santiago del Estero que son zonas de aporte al Río Salado no les está lloviendo, y por lo tanto, la escasez de agua es un gran problema para todos los que están a la vera del Río y sobre todo los que utilizan el agua para la producción».
Y explicó que «hacia le este de la ciudad la problemática se agrava más, porque no está llegando agua en la medida que necesitamos para que pase el vertedero y mantenga el nivel mínimo, es un grave problema». Además, adelantó que de continuar esta sequía, la propia ciudad de Tostado corre peligro de quedarse sin agua, «porque ya se ha colmado el embalse del azud, y no hay mucho reservorio de agua».
Desesperación y agonía
A nivel productivo, reina la amargura. «Los productores están atravesando una situación complicadísima, y se están haciendo perforaciones con retroexcavadoras con brazos largos y llegan hasta 13 metros para obtener medio metro de agua. Si no llueve, eso no es una solución, es una alternativa más para seguir estirando la agonía, mucha gente ha vendido animales, hay campos que prácticamente han cerrado, se han muerto muchos animales».
En cuanto a lo que viene, para la actividad ganadera, esto no será gratis. «El impacto se va a sentir en marzo abril en la vacunación de aftosa, cuando veamos los destetes reales a nivel departamental, y por lo que yo veo como veterinario y productor, ha caído muchísimo la producción: va a ser muy difícil preñar y ha habido una merma enorme con mortandad, habrá un faltante de terneros muy importante, más allá de quienes tuvieron que trasladar su hacienda para salvarla».
Finalmente, reconoció que en 2008/9 «tuvimos una caída del 30% a nivel productivo, pero esta sequía ha sido más grande que en aquel entonces. Si bien los precios ahora son un poco mejores, la necesidad de salir a vender por no tener agua y pasto, y estimo una merma del 25 a 30% siendo muy optimista, es una situación catastrófica».