Los precios de la soja argentina no consiguen copiar todo el empuje alcista de Chicago por factores tanto productivos como económicos

En la última semana los precios de los contratos futuros de la Soja Rosario en el Matba Rofex venían subiendo a un ritmo bastante inferior al registrado por los posiciones gemelas en el estadounidense CME Group (“Chicago”).

Este miércoles de hecho la Soja Rosario Mayo 2025 registró una baja intradiaria de 1,5 u$s/tonelada cuando el contrato equivalente en Chicago subió 3,4 u$s/tonelada.

Así como la soja estadounidense –como lo había adelantado Bichos de Campo– está subiendo en línea con la necesidad de China de recomponer reservas de la oleaginosa en un contexto geopolítico desafiante, la soja argentina viene acumulando factores alcistas que impiden “copiar” la tendencia de “prima” del norte.

El primero y más obvio factor potencial bajista es el aluvión de soja que generaría Sudamérica en caso de tener un año climático normal, algo imposible de predecir a la fecha. Lo que sí es factible pronosticar es el aumento regional del área de soja no por mérito propio de la oleaginosa, sino por la pérdida de la competitividad relativa del maíz.

A nivel regional la introducción de la normativa europea “antideforestación” genera gran incertidumbre en el mercado de soja, dado que, al tratarse de una imposición por demás compleja sobre la que no existe experiencia previa, no es factible anticipar qué podría suceder cuando comienza a regir en 2025.

Si bien la regulación europea también afecta a las exportaciones del complejo sojero estadounidense, resulta infantil obviar que la EU-27, en los hechos, es un “vasallo” económico de EE.UU. y como tal no puede hacer nada que lo perjudique (especialmente en el marco de una “guerra comercial total” con China).

Este miércoles el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo indicó que en “los próximos meses” se unificaría el tipo de cambio en el marco de un convergencia entre el dólar oficial y el libre, que actualmente tienen un brecha superior al 30%.

El hecho de que pueda haber una devaluación con posterior unificación del tipo de cambio genera un doble efecto: mientras que por un lado hace reticentes a los productores a desprenderse de mercadería, por otro incentiva a la demanda a “desinflar” los precios de los futuros en dólares “mentirosos” –al tipo de cambio oficial– para evitar quedar muy expuesto a una devaluación.

La industria aceitera sigue comprando grandes volúmenes de soja paraguaya para asegurar un nivel adecuado de actividad y, por otra parte, porque no es factible saber si el flujo comercial se interrumpirá el año que viene debido a eventuales problemas con la implementación de la normativa europea “antideforestación”.

En julio pasado Ciara-CEC indicó que la capacidad ociosa en dicho mes fue del 25%, pero que habría sido del 42% en caso de no contar con soja importada mayormente de Paraguay.

En ese marco, si bien los precios de la soja estadounidense se están recuperando de manera importante por un factor geopolítico de corto plazo, en el mercado argentino esa dinámica se expresa con muchos menos fuerza por variables de orden tanto regional como local.

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